martes, 25 de diciembre de 2007

Relativizando ironías

Se permite jugar a la pelota siempre y cuando el esférico no dañe los escaparates cercanos, los transeúntes no sean molestados, no se produzcan alteraciones en el tráfico y los jugadores no acaben a la gresca pudiendo despertar al vecino dormido.
Por cierto, feliz Navidad*.
*¡Puag!, qué asco la RAZA HUMANA (en Occidente).

lunes, 24 de diciembre de 2007

Ironías no relativizadas

¿Son los códigos naturales reales? ¿Son válidas las normas artificiales? ¿Leyes naturales, leyes artificiales? ¿Debemos actuar de acuerdo a ellas? ¡Estado represor!

Por cierto, feliz Nochebuena*.
*¡Puag!, asco de ESTADO manipulador.

martes, 18 de diciembre de 2007

Paralelismos

Pensar en castellano, pensar en inglés;
pensar en €uros, pensar en pesetas.

Agigantar el léxico, economizar vocablos;
inflar el precio de un chicle, reducir la inflación.*

*Sólo aplicable a escritor casero; ciudadano de pizza congelada. No válido para gran literato; ejecutivo de multinacional de zona-€uro.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Acción, reacción

Cuando escucho a Wagner durante más de media hora, me entran ganas de invadir Polonia.
Woody Allen en "Misterioso asesinato en Manhattan", 1993.

Lo mismo me sucede a mí con el ruido de las palabras vacías y el color de los papeles mojados.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Fiebres

Desconozco si la temperatura era el motivo, o la tos inexpresiva, o la voz cambiante, o la pesadez extrema; pero en aquellos días en los que me sentía enfermo, mi cabeza realizaba giros de un mayor número de grados. Teorizaba y la nostalgia invadía mi frágil y a la vez torpe cuerpo. Aquellos chicos que hablaban de los gráficos de no sé que juego, o de lo que les había dicho la chica de los pantalones de campana, inspiraban en mí un sentimiento ciertamente incomprensible. Sabía que estaba frente a dos buenas personas. Sus miradas los delataban. Pero poseían algo que los convertía en dos nobles reflejos de un despropósito cariñoso. A la vez, mis ojos, mi boca, mis gestos, reflejaban culpabilidad. No comprendía por qué afloraban en mí cual mala hierba curativa esas teorías acerca de la personalidad ajena. De todos modos, no acabé ahí. Luego llegó el grande. Una gran persona; en físico, en corazón, en interés. Grande a pesar de no ser capaz de comprender porqué una fuerza centrípeta es una fuerza central, de no ser capaz de atisbar como dos niñatos se burlan de él. Grande precisamente por eso. Su desmedida pasión por el fútbol, convertía los fines de semana en un cúmulo de alegrías y despropósitos, pero sobre todo, hacía que sábados y domingos se igualaran en una ecuación perfecta con la ilusión. La ilusión con la que llevaba consigo su pequeña radio; Carrusel sintonizado; goles aquí y allá. La ilusión con la que vivía. Yo, pobre de mí, sentado frente a él, casi llegué a creerme más afortunado. ¿Más dichoso? Mentira. Me equivocaba. Fiebres de compasión, fiebres puras, fiebres de grandeza, fiebres de mercurio.
Todo sucedió en un tren.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Sssss...

Sasafrás, sasánida, saso, sastra, sastre, sastrería, sastresa, Satán, Satanás, satandera, satánico, satanismo, satélite, satén, satín, satinado, satinador, satinar, sátira, satiriasis, satíricamente, satírico, satirio, satirión, satirizar, sátiro, satis, satisdación, satisfacción. Ten paciencia.

martes, 4 de diciembre de 2007

Taciturno

¿Ocho cosas? Mal día, melancolía.
  1. Echo de menos los paseos sin preocupaciones, al lado de un hombre fuerte y extremadamente inteligente, en los que yo habría una bolsa de patatas, y encontraba un juguetito que volaba. Y que se escapaba de mí.
  2. Echo de menos los partidos en los que comíamos, en los que los balones salían a la carretera y venían rebotados por autobuses.
  3. Echo de menos deslizarme hacia la derecha mientras me siento en un banco escondido, protegido, situado estratégicamente.
  4. Echo de menos escuchar la voz bilingüe de los aeropuertos que anuncia vuelos que contienen mil y una historias de mil y un países multiplicadas por el número de pasajeros.
  5. Echo de menos la sensación de ingravidez que supone el despertarme sin dormir, pero habiendo dormido un sueño infinito con fin en la mañana.
  6. Echo de menos la música que anunciaba los recreos.
  7. Echo de menos aquellas lentejas al aire libre en las que una señora cariñosa me hacía ver mi propio futuro.
  8. Echo de menos las tardes lluviosas en las que una claraboya reflejaba las gotas frías y me refugiaba en un acogedor calor tras el que existían ciudades de tráfico intenso: turismos, camiones, algún que otro aeroplano, y sobre todo, líneas, autobuses.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Skirk, 1893

"El Grito", en versión original.
/Completando por el principio la circunferencia de trayectoria cerrada y longitud infinita/