domingo, 8 de abril de 2007

Estados, interacciones: cambios

En física y química se denomina cambio de estado a la evolución de la materia entre varios estados de agregación sin que ocurra un cambio en su composición. Se observa que, para cualquier cuerpo o agregado material considerado, modificando las condiciones de temperatura, presión o volumen se pueden obtener distintos estados de agregación, denominados estados de agregación de la materia, con características peculiares. Los tres estados básicos son el sólido, el líquido y el gaseoso. Existiendo también el plasma, el condensado de Bose-Einstein u otros posibles estados, algunos de los cuáles sólo se dan en condiciones extremas, tales que los fluídos supercríticos, coloide, superfluido, supersólido, materia degenerada, neutronio, materia fuertemente simétrica, materia debilmente simétrica, condensado fermiónico, plasma quark-gluón, materia de quarks...


Y, a temperatura ambiente los compuestos conviven. Los que hay que se calientan y cambian. Los hay que se enfrían y se transforman. Los hay prácticamente invariables. Los hay raros. Los hay desconocidos. Los hay simples. Existen también esos incomprensibles. O aquéllos sin descubrir. Algunos saltan a la vista. Otros requieren ser analizados con más detenimiento. Y, de un modo u otro, todos interaccionan.

En definitiva, existen sólidos, líquidos, gases... incluso plasmas enanos y gigantes. Condesados muy fríos. Supercríticos por encima de su límite. Coloides híbridos. Y raros, que son quarks particulares, un líquido de quarks arriba, abajo y extraños (los hay especiales).


Todas las dimensiones se rigen por leyes incongruentemente parecidas. Es lo que torna graciosa a esa espiral relativa de la que tiramos para no llegar más que al propio punto de salida después de haber recorrido el camino más largo.

viernes, 6 de abril de 2007

Me ordenas atiborrarme de todo cuanto encuentre

Me siento delante de ti, a escribirte. Lo primero que me preguntas es un título. Una condensación de mis ideas. O más bien una introducción. Pero si mis intenciones no están del todo definidas cuando en blanco te contemplo, por lo que es más bien imposible conducirte a través de mis letras.

Me siento delante de ti, a leerte. Y no soy capaz de verte desde arriba. Tengo la sensación de que todo pasa por debajo. O por encima. Mientras, yo estoy en medio. O incluso más abajo.

Me siento delante de ti, a admirarte. Porque todo parece digno de exclamación.

Me siento delante de ti. Continúas hablando conmigo. Insinúas que lo hago mal. Insistes en que prosiga. "Encuentra".

Me siento delante de ti. A descansar. No tengo fuerzas. Cuando me preguntaste, creía que sí.