sábado, 3 de mayo de 2008

Abre mi ventana

Y deja que el flujo variable de corrientes atmosféricas inunde mi esfera, aparentemente azul, en busca de claros. En busca de cielos claros, lúcidos, abarrotados de rayos de recuerdos, caricias, sonrisas.
Evita que tras la ventana aparezcan nubes pesadas, enormes, enteras, inundadas de todo aquéllo que debería ser, pero que no es. Viciadas de gases inertes pero mortales. Atestadas de lluvias negras y frías, confusiones, errores, variables irresolubles.
Consigue que tus susurros eternos, constantes, ahuyenten cual soplido a las infames tormentas de colores grisáceos. Consigue que despejen el cielo, que lo hagan claro, inconfundible. Consigue que permitan al aire puro, nuevo, renovado, conquistar la habitación de mi alma. Consigue que mi alma retorne, vuelva diáfana y despejada, como antes, como siempre, como mañana.
Límpiame, píntame, dame color, abre mi ventana.

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