lunes, 17 de marzo de 2008

9, 9, 9, 9, 9...

El problema con la aleatoriedad es que nunca puedes estar seguro de que sea aleatoria.

1 comentario:

  1. Por alguna razón, las tiras de Dilbert (al igual que su serie de TV) nunca terminaron de convencerme. En lugar de criticar duramente momentos "oficinescos" como la explotación por parte del jefe, el agobio en casa o la cadena de trabajadores, su autor se centra muchas veces en ocultar la ironía bajo un mundo surrealista y esta es, precisamente, la característica que diferencia una tira mediocre (a mi parecer) como Dilbert de una obra maestra como Calvin y Hobbes: ambas ocultan la realidad bajo un mundo surrealista y fantástico (perros que hablan, peluches que cobran vida...)pero en la segunda nunca se pierde de vista el referente real, mientras que en Dilbert, al igual que con la aleatoriedad, uno nunca está seguro...

    Fin del discurso pedante

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